Primera de un conjunto de cinco viviendas que abrirán un nuevo capítulo en Portals, esta casa nace con una intención clara: que la tecnología, la luz y la arquitectura respiren juntas.

En este proyecto —impulsado por C-View—hemos podido trabajar de forma integral, hilando ingeniería, domótica, audio-vídeo e iluminación como si fueran una única capa invisible que sostiene la experiencia del hogar. Cuando todas las disciplinas avanzan al mismo ritmo, las decisiones dejan de ser técnicas para convertirse en sensaciones.

La domótica la hemos tejido con Basalte, desde los interruptores y enchufes hasta sus pantallas táctiles. Incluso hemos instalado, por primera vez a nivel mundial, su nuevo videoportero Adelante, un detalle que marca la ambición tecnológica de la vivienda sin imponerse visualmente.

El sonido acompaña de forma sutil: altavoces invisibles que desaparecen en la arquitectura y sistemas Bang & Olufsen que aportan presencia y carácter donde la música lo pide. Todo integrado, todo en equilibrio.

La iluminación ha sido uno de los corazones del proyecto. Cada estancia la hemos estudiado con Dialux, buscando no solo iluminar, sino acompañar. Escenas que se adaptan al día, a la calma, a la vida. Para hacerlo posible, seleccionamos piezas de Flos, Artemide u Occhio, escogidas por nuestro equipo de lighting designers para dialogar con los materiales, las texturas y el mobiliario.

Y en ese diálogo, la colaboración con Terraza Balear ha sido esencial. Su enfoque en el interiorismo y el mobiliario, unido al nuestro en la tecnología, ha creado una simbiosis natural, casi orgánica. Una casa donde nada compite y todo suma.

Esta primera vivienda del complejo no solo abre camino: marca el tono de un proyecto que aspira a elevar la manera en que se vive, se percibe y se siente un hogar.